Central Norte tuvo una gran noche, con garra y fútbol le ganó de manera brillante a Talleres. Hasta lo pudo haber goleado.
Central Norte tuvo su noche soñada. Jugó el mejor partido del año y logró una victoria histórica, nada más, y nada menos, que ante el pretencioso Talleres de Córdoba. Fue por 2-1, pero pudo haber ganado por cifras categóricas de no ser por la gran actuación del arquero Federico Crivelli, que salvó providencialmente la valla del equipo cordobés en cinco ocasiones y hasta atajó un penal.
El cuervo sacó a relucir todo su repertorio. Porque esta vez a la entrega y amor propio de sus jugadores, le
adosó fútbol. Jugó en gran nivel, con sentido colectivo y con mucha inteligencia ante un adversario de fuste. Y dio vuelta la historia a través de sendos cabezazos de Nicolás Romat y de la personalidad de Pablo Motta, que no sólo se corrió todo, sino que con su despliegue motivó a todo el equipo.
Fue un encuentro vibrante. Tuvo un primer tiempo frenético, desde el primero hasta el último minuto, en el que ambos equipos salieron decididos a imponer su marca. Con salidas rápidas y punzantes creaban zozobras en las dos áreas.
Golpeó primero Talleres, cuando a los 16 minutos, Anívole superó la marca de Romat y sacó un centro
para la entrada de Aranda que superó en el salto a los defensores azabaches y con un frentazo formidable
puso el uno a cero.
Central Norte sintió el impacto,pero no se amilanó. Se le fue encima al cuadro que ahora dirige Gustavo
Coleoni, a través del despliegue de los volantes y de la habilidad de Diego Magno para abrir brechas. Y a los 24 minutos, a través de una pelota parada, partió el centro de Sergio Oga y la aparición de Nicolás Romat para ganar en lo alto y meter el frentazo que significó el uno a uno.
Se presumía que así de intenso iba a ser el complemento. Pero no, porque en esta etapa Central Norte tomó el control de las acciones, basándose en el mejor manejo de la pelota, creando espacios y buscando lastimar al conjunto cordobés con mucha decisión. El cuervo dominaba y creaba situaciones de peligro en
el arco rival. Hasta que Romat, el lateral oriundo de Azul, entró a espaldas de los defensores de Talleres y
con otro cabezazo daba vuelta la historia. Ya antes el arquero Crivelli ha bía salvado en tres ocasiones la caída de su arco al tapar un mano a mano con Magno, al sacar al corner un bombazo de Ceballos primero y de Caputo después.
Hay que admitir que fue acertado el planteo del técnico Luis Islas, al esperar a Talleres en zona y salir por los costados. Y hasta estuvo oportuno al hacer ingresar a Perillo y a Weiner, que erraron otros goles.
Pero ya no importaba, tampoco que Crivelli le atajara el penal a Fretes. La gran victoria ya estaba consumada.
FUENTE:DIARIO EL TRIBUNO
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