
Matías Ceballos, autor del primer tanto del partido
El cuervo mereció mejor suerte pero se resignó al empate por no saberlo definir y por chocar con el arquero tucumano Hoyos.
Central estuvo cerca, muy cerca de ganar un partido que tuvo todos los condimentos de un clásico. Pero para graficar en pocas palabras el empate en un tanto contra San Martín de Tucumán, vale marcar que todo el intento azabache, sobre todo lo que erró Enzo Noir, terminó en un “Hoyos”. El arquero visitante fue el principal culpable de que Central Norte no pudiera ganar, los otros factores fueron la mala puntería y una desconcentración defensiva. Cuando todavía se estaban acomodando en el campo de juego, llegó la gran habilitación de Weiner para Ceballos, el volante avanzó con pelota dominada y antes de que se asome Hoyos metió un tremendo zapatazo abajo, esquinado, inatajable.
El cuervo pasó al frente en el marcador; San Martín, en el campo de juego. El equipo tucumano adelantó sus líneas e Ibáñez probó de lejos, un claro indicio de que la noche iba a estar movidita.
Las pruebas estuvieron a la vista. Manzano robó la pelota y su remate pasó cerca, al rato Ceballos, de cabeza, la mandó apenas desviado y Noir probó de lejos. Central se mostró atento, concentrado en el medio, lo contrario de la defensa que, además, sufrió con la velocidad y despliegue de Ibáñez. Martínez cometió una falta innecesaria en el borde del área y la aprovechó el propio Ibáñez, quien dejó sin reacción a Maino con el tiro libre.
San Martín terminó dejando una mejor imagen en la primera etapa y gracias a Maino no pasó a ganarlo: el arquero le tapó un mano a mano a Patricio Rodríguez.
Central abrió el complemento intentando jugar pero, a la vez, sujetando a su rival. Noir volvió a probar pero su disparo fue directo a las manos de Hoyos. El cuervo se veía obligado y San Martín, ambicioso. La obligación hizo que Noir siga estando cerca y volvió a perderse el gol tras un centro de Manzano. La ambición de la visita también provocó más de un sacudón. Y Central iba, empujaba, con desorden, pero iba; con insistencias y sin ideas claras, pero no dejó de ir. Pero no pudo hacer más porque Lucas Hoyos fue más fantástico que los remates a quemarropa de Contreras y los de Noir y, encima, el único disparo que se le coló en el ángulo fue anulado por un supuesto y dudoso off side. Zerrizuela se quedó lamentando, al igual que Noir, al igual que todo Central Norte.
Fuente: Diario El Tribuno Salta
Foto: La Voz del Cuervo
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